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Tiempo Ordinario.

¿Qué significa?

Es el tiempo litúrgico que transcurre entre los tiempos fuertes de Cuaresma/Pascua y Adviento/Navidad.

Comprende dos partes:

1ª-. Se inicia con la fiesta del Bautismo del Señor, hasta el inicio de la Cuaresma, martes antes de ceniza y dura de 5 a 9 semanas.

2ª-. Después de la Pascua, se inicia la Segunda parte del tiempo ordinario. Durante 25/29 semanas no se celebra ninguna fiesta en especial, incluye hasta el sábado anterior al primer domingo de Adviento.

+ El último domingo del tiempo ordinario y del año litúrgico es la solemnidad de Cristo Rey.

¿Que sentido tiene?

Vivir un tiempo más o menos rutinario o cotidiano, que recibe el nombre de “tiempo ordinario”, refleja claramente lo que somos nosotros: la sencillez y lo cotidiano del día a día.

Para vivir cristianamente este tiempo litúrgico, se trata básicamente de que todo lo que hacemos durante el día, sea para dar testimonio de nuestra fe. Y esto se hace preparando bien las actividades o realizaciones y que lo hagamos movidos por el amor, aunque la rutina nos haga ir por otros caminos. Es conveniente poner todos los medios para que todo esto que celebramos llegue de la mejor manera posible al pueblo cristiano, o sea, preparar bien las celebraciones y en la calle dar un buen testimonio como cristianos.

¿Como se desarrolla?

Después de Pentecostés, los dos domingos siguientes se celebra la fiesta de la Santísima Trinidad y la del Corpus Cristi.

Las Fiestas del Señor o de los Santos, si caen en domingo, pasan por delante del domingo propio del tiempo ordinario.

Festividades del tiempo ordinario:

+ Primera parte del Tiempo Ordinario:

La presentación del Señor (2 de febrero)

+ Segunda parte del Tiempo Ordinario:

San Pedro y san Pablo.

(29 de junio)

Santiago apóstol.

(25 de julio)

Transfiguración del Señor.

(6 de agosto)

Exaltación de la Santa Cruz.

(14 de septiembre)

La Virgen del Pilar.

(12 de octubre)

Todos los Santos.

(1 de noviembre)

Conmemoración de los Fieles Difuntos.

(2 de noviembre)

Dedicación de la Basílica de san Juan de Letrán, catedral de Roma.

(9 de noviembre)

Normas litúrgicas.

Color: Verde.

En la liturgia, vivimos estas largas semanas sin celebrar ninguna gran festividad, sino que vamos contemplando día a día el misterio de la salvación, la vida y el ministerio de Jesús.

Vivir cada día nuestra fe con sencillez pero con convencimiento. Estas semanas del tiempo ordinario nos ayudan a entender la historia de la salvación manifestada plenamente en Jesucristo, a través de las lecturas.

Lecturas:

Las lecturas de los domingos del tiempo ordinario, a diferencia de los tiempos fuertes –que están escogidas para destacar lo que se celebra en aquél tiempo– siguen el criterio de la “lectura continua”, es decir, que los evangelios se leen de manera seguida, tal como el evangelista los escribió, de manera que enlazamos el domingo el relato del domingo anterior.

Y para seguir la indicación del Sacrosantum Concilium en el que propone:

Mayor riqueza bíblica en el Misal, “ 51. A fin de que la mesa de la palabra de Dios se prepare con más abundancia para los fieles ábranse con mayor amplitud los tesoros de la Biblia, de modo que, en un período determinado de años, se lean al pueblo las partes más significativas de la Sagrada Escritura” se propone cada año litúrgico, leer a un evangelista.

Por lo tanto, las lecturas de los domingos se distribuyen en tres ciclos, denominados A, B y C. En cada uno de los cuales se leen lecturas distintas, para asegurar esta presencia abundante y variada de la Palabra de Dios.

Para saber en que ciclo se está, solo hay que sumar los digitos del año en el que se está, por ejemplo 2019 (2+0+1+9=12) y comprobar si es divisible entre 1, 2 o 3; siendo 1=A, 2=B y 3=C.

Ciclo A. Evangelio de Mateo.

Ciclo B. Evangelio de Marcos.

Ciclo C. Evangelio de Lucas.

Juan se lee sobre todo en Cuaresma y Pascua.

Todos los derechos reservados por la Hermandad de San Joaquín y de la Virgen de los Dolores de Zaragoza.

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