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Anunciación a María.

25 de marzo.

¿Que se celebra?

La Anunciación de María y/o Anunciación del Señor, nueve meses antes de su nacimiento, tiene lugar la encarnación de Jesús en el seno de la Virgen María.

El día de la Anunciación, la ornamentación es BLANCA, como contraste al morado de Cuaresma.

¿Desde cuando se celebra?

En Oriente se encuentran testimonios de esta fiesta del 25 de marzo ya a mediados del siglo VI. En Roma se celebra a partir del siglo VII.

¿Que sentido tiene?

La Anunciación es la fiesta del Señor que se encarnó en el seno de María, iniciando una nueva historia. La Anunciación a María inaugura "la plenitud de los tiempos"(Ga 4, 4), es decir, el cumplimiento de las promesas y de los preparativos.

Destacar que Dios NO envía al ángel a Jerusalén, al templo, sino a Galilea, una región despreciada como refugio de paganos incrédulos y lo envía a Nazaret, una ciudad que no menciona el Antiguo Testamento.

En la Anunciación y Encarnación, Dios DIGNIFICA y SIGNIFICA a María como mujer, en una sociedad en la que las mujeres, no tenían ningún relieve social, y la convierte en Madre del Salvador. Mas adelante constataremos, que, María, estará en los momentos cruciales de la vida de Jesús : Nacimiento, Pasión, Muerte y Resurrección.

El Evangelio de Lucas relata 1,26-38 como el Ángel Gabriel, le anuncia que va a concebir un Hijo y su reacción.

+ El ángel se aparece «¡Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo!».

+ María desconcertada.

+ Mensaje «No temas, le llama por su nombre María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús»

+ «¿Cómo puede ser eso, si yo no conozco varón?». «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá»

+ «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho».

+ EL VALOR DE MARÍA.

Ante el anuncio, María no pide pruebas, reflexiona, pregunta por el sentido de sus palabras y la forma en que se realizarán. María no se deja llevar por las emociones. Aparece como una mujer valiente que ante lo inaudito mantiene el autocontrol, y a la luz de Dios, decide.

La acción del Espíritu Santo.

Es el Espíritu quien reviste la vida de María, haciéndola apta para su misión. Lo hará aquí y lo hará en el Cenáculo: María, mujer revestida del Espíritu, gracias al que todo se hace posible.

El "Hágase" de María, un "Aquí estoy".

Los labios de María pronunciaron la frase más bella que el ángel pudiera llevar a Dios: «Que se haga en mí lo que tú dices» (v.38). La aceptación de María no es pasiva ni resignada, sino el vivo deseo de adherir a Dios, que tiene planes de paz.

Estas palabras son una señal de disponibilidad, sabiendo confiar en la acción del Espíritu Santo. Y Dios entró en la historia aceptando hacerse historia en la vida de los que dijeron y seguirán diciendo “aquí estoy”.

Siempre llama la atención la fuerza del 'sí' de María, joven, la fuerza de ese «hágase» que le dijo al ángel. Fue una cosa distinta a una aceptación pasiva o resignada.

Creer. Confiar y encomendarse a Dios.

María segura de que en Él nada es imposible. Dios no obliga.

La Iglesia declaro que María es verdaderamente Madre de Dios [Theotokos] en el Concilio de Éfeso, año 649.

Dios te salve María,

llena eres de gracia,

el Señor es contigo,

bendita tu eres entre todas las mujeres,

y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María,

Madre de Dios,

ruega por nosotros pecadores,

ahora y en la hora de nuestra muerte,

AMÉN.

Todos los derechos reservados por la Hermandad de San Joaquín y de la Virgen de los Dolores de Zaragoza.

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